bodegón
en este bodegón, una mujer sentada se inclina sobre la mesa- esconde su rostro en los ángulos rollizos de sus brazos cansados de sostener el mundo en los bodegones no hay figuras animadas, pero la mujer puede que esté muerta de pequeño yo desestimaba las distancias que residÃan entre el pan duro sobre la mesa y las frutas malogradas como las cartas de cobro sin abrir que el tiempo y la humedad amarillaban junto a las flores plásticas y la foto de aquel dÃa de playa en la que todos sonreÃamos para la eternidad. mi boca no sabÃa la necesidad pero tampoco conocÃa el deseo- una verdadera naturaleza muerta para el resto de mi vida
noche de dolor en el cuarto de mi madre
el mar gravitaba en el cuarto de mi madre donde cantaban las sirenas del mar emergió un sol que me dio las palabras y el orden de los dÃas ordeñados desde la luz en un tiempo donde el cielo viajaba separado del mundo todas las noches el sol se ahogaba y las sirenas cantaban en el rompeolas dejaron de ser sirenas el dÃa que supe que el gemido del viento era el llanto de mi madre cuando suspiraba entre las grietas del cuarto y su voz viajaba por el subsuelo y ascendÃa por las raÃces de los árboles hasta salir por la boca de las hojas
fórmula para el sentido
un poema siempre será el aleteo de un ave de sal en el viento que llega en la estela de una palabra que va tarde para su cita de ser otra cosa lo sabes cuando escuchas sus bisagras batir el aire como un murciélago golpeando lo indecible quizá nos perdemos al pensar que la vida es una cosa entera y nos olvidamos de la posibilidad ser fragmentos el poema proporciona unidad en la diferencia grafÃa plasticidad movimiento su negación implica un lugar y dos tiempos un poema siempre será una verdad hecha con mentiras